Gestión de beneficios en tiempos de crisis: Por qué el bienestar de los colaboradores debe estar en el centro de tu estrategia

por José Guerra
Lectura de 16 min.


En 2019, menos del 10% de los líderes empresariales de los países del G20 y de la OCDE consideraron la propagación de enfermedades infecciosas como un riesgo mundial inminente, según una encuesta realizada por el World Economic Forum.

Sin embargo, desde el brote del nuevo coronavirus en los primeros meses de 2020, todas las organizaciones a nivel global, grandes y pequeñas, están tratando de encontrar alternativas para enfrentar esta crisis y, a la vez, abordar las preocupaciones urgentes de sus colaboradores respecto a su salud, a los nuevos modelos de trabajo que se adoptaron de la noche a la mañana, a todas las dificultades generadas por el aislamiento social y a la incertidumbre respecto al futuro.

Situaciones como la que estamos viviendo exigen que las organizaciones tengan velocidad para reaccionar frente a los cambios, para que puedan adaptarse a las nuevas exigencias de un ambiente con múltiples variables que no se pueden controlar.

Un buen ejemplo es el aumento exponencial del Work From Home en los últimos meses: muchas compañías tuvieron que implementar rápidamente una política de trabajo remoto, ya que esa era la única opción para seguir operando. No había tiempo para hacer un proyecto piloto o armar un focus group para entender las necesidades de los colaboradores: la gravedad de la contingencia exigía una respuesta rápida y fue así que cientos de miles de profesionales empezaron a trabajar desde casa, sin saber por cuánto tiempo más deberán hacerlo.

Es innegable que el trabajo remoto tiene aspectos bastante positivos que pueden impactar el compromiso y la productividad de los colaboradores. En tanto, implementar un nuevo modelo de trabajo como este en el contexto de una contingencia, en que todos fuimos sorprendidos con esa necesidad, exige un cuidado especial con el bienestar de las personas.

Las organizaciones deben tener en cuenta que ahora los colaboradores necesitan más que nunca sentirse apoyados para que sean capaces de enfrentar las nuevas exigencias que se impusieron con esta contingencia global.

En ese sentido, es fundamental abordar de manera bastante estratégica tu programa de beneficios, ya que esta nueva realidad requiere también una nueva oferta, que esté más alineada con las necesidades actuales de los colaboradores, ofreciéndoles nuevas herramientas para cuidar los distintos aspectos que contribuyen para su bienestar.

Desde el equipo especial de ALL IN (conoce más de esta iniciativa de GOintegro para hacer frente a los efectos del coronavirus), queremos compartir este nuevo contenido para que tengas nuevos insights y puedas reestructurar o ajustar tu actual programa de benefícios, de acuerdo a las expectativas y necesidades de los colaboradores.

Cinco dimensiones para la gestión y optimización de una estrategia de beneficios

Si en el pasado los programas de beneficios se enfocaban esencialmente en planes de asistencia a la salud y convenios para compra de medicamentos, en los últimos años las organizaciones se han estado abriendo a una nueva perspectiva que considera la salud de sus colaboradores de una forma más holística, incluyendo otros elementos que impactan su bienestar.

Ese cambio no significa que los beneficios más tradicionales de salud perdieron su importancia. De hecho, las organizaciones siguen trabajando para optimizarlos y ofrecer las mejores opciones a sus colaboradores, pero actualmente están tratando de ir más allá, buscando diversificar esta oferta con beneficios que mejoren la vida de los colaboradores: actividades deportivas, entretenimiento, salud mental, educación, tiempo flexible y descuentos, entre otros.

Para modernizar esa estrategia de benefícios y poder gestionar un programa que sea efectivo, el modelo de Willis Towers Watson propone 5 dimensiones, que te presentamos a continuación:

Willis Tower Watson
  • Portfolio: alinear la oferta de beneficios con los objetivos de la organización, las mejores prácticas del mercado y las necesidades de los colaboradores. La mayoría de las compañías aún se centran en gestionar y mantener los beneficios más tradicionales, pero cada vez vemos más organizaciones que están buscando complementar y mejorar su oferta, para que sea más amplia y considere aspectos como personalización y flexibilidad.

  • Finanzas: optimizar la inversión necesaria para gestionar un programa de beneficios al asignar costos y riesgos de manera eficiente. El control de costos sigue siendo clave, pero las organizaciones deben estar centradas no solamente en los costos operativos, sino también en generar valor a partir de su inversión continua en beneficios a sus colaboradores.

  • Talent experience: crear estrategias para profundizar el conocimiento de los colaboradores acerca de los beneficios ofertados, a través de una comunicación clara que demuestre el valor de las distintas opciones, de modo que puedan elegir según sus necesidades y preferencias.

  • Administración y operación: administrar eficientemente los beneficios aprovechando los recursos tecnológicos para ofrecer la mejor experiencia a los colaboradores, automatizando flujos y actividades para que el proceso sea fluido y sencillo.

  • Analytics, insights y reporte: utilizar información basada en datos para garantizar la relevancia de los programas, identificar lo que va bien y lo que requiere ajustes, administrar los costos y contar con información precisa para apoyar el proceso de toma de decisiones.

Considerar estas 5 dimensiones es fundamental para ajustar un programa de beneficios que se haga cargo de los cambios de corto y mediano plazo que ha producido la pandemia del COVID-19. Los nuevos programas de beneficios deben ampliarse e incorporar aspectos como el estilo de vida, la salud emocional, las relaciones sociales, el desarrollo personal e, incluso, el bienestar financiero. Solo así tendrán un impacto positivo en el bienestar de los colaboradores, conduciendo a un aumento en el compromiso, la cohesión y la productividad general del equipo.


Cómo comenzar a repensar los programas de beneficios

De cara a la crisis del COVID-19, es cierto que los colaboradores esperan de sus organizaciones el apoyo necesario para que puedan lidiar con todos los cambios que hemos visto en los últimos meses. En ese sentido, un programa de beneficios que sea efectivo en esos momentos debe abordar de manera integrada las distintas perspectivas que definen el bienestar de sus colaboradores, y el modelo de AON propone 5 dimensiones que facilitan la definición y organización de un adecuado mix de benefícios.

Willis Tower Watson


Bienestar físico

La actividad física puede reducir el riesgo y la gravedad de varias enfermedades crónicas, y hace que las personas se sientan mejor, funcionen mejor y duerman mejor. La falta de actividad física es un factor de riesgo considerable para las enfermedades no transmisibles, como los accidentes cerebrovasculares y la diabetes. En el ámbito mundial, el 23% de los adultos no se mantienen suficientemente activos.

Durante este período de aislamiento social en que es imposible asistir al gimnasio, hacer corridas en parques o disfrutar las ciclovías, es importante que tu organización motive a los colaboradores a realizar regularmente alguna actividad física, pues incluso aquellos que están en cuarentena tienen opciones disponibles en casa. Si tu organización ya ofrecía como beneficio convenios con gimnasios o personal trainers, revisa si esos partners cuentan con videos u otros tipos de recursos online de entrenamiento, para que puedas compartir con los colaboradores.


Bienestar emocional

Una amplia gama de factores generados por la crisis del COVID-19 puede contribuir directa o indirectamente para causar problemas emocionales. El cambio repentino en la rutina, el distanciamiento social, el sentimiento de soledad, las preocupaciones financieras, la nueva dinámica familiar son algunas de las situaciones que están poniendo a prueba la aptitud emocional de los colaboradores y todo indica que eso se va a extender durante las próximas semanas y meses.

Las organizaciones deben considerar en sus programas de beneficios no sólo el apoyo profesional para los colaboradores que ya presenten síntomas de problemas emocionales, como ansiedad, pánico, burnout y depresión, sino que ofrecer herramientas enfocadas en la prevención. Promover a través de tu plataforma actividades de relajación, consultas psicológicas online, cursos virtuales de temas diversos, como música, jardinage, gastronomía, entre otros, pueden ser buenas estrategias en ese sentido.


Bienestar social

Un estudio reciente realizado por Cigna encontró que productividad reducida, aumento de la ausencia por enfermedad, mayor rotación y reducción del rendimiento fueron algunos de los resultados clave asociados con la soledad laboral. Durante este período de reducción o incluso eliminación del contacto cara a cara con los compañeros de trabajo, las organizaciones deben hacer un esfuerzo excepcional para asegurar que los colaboradores no se sientan aislados y que puedan mantener los vínculos, reforzando el sentido de pertenencia.

Es el momento de animar a tus colaboradores a encontrar formas creativas de apoyar a su comunidad, por ejemplo, ofreciendo y destacando promociones y descuentos de pequeños comercios locales, dándole un propósito mayor al uso de los beneficios.


Bienestar financiero

El bienestar financiero es la capacidad de administrar con confianza la vida financiera actual, mientras se prepara para el futuro y para cualquier situación inesperada en el camino. No hay situación más grave y más inesperada que la propagación del nuevo coronavirus y, en consecuencia, es natural que los colaboradores se vean ansiosos y preocupados ante todas las incertidumbres respecto al futuro y a su situación financiera a corto y largo plazo.

Las organizaciones deben ser creativas y pensar en redireccionar los recursos habitualmente destinados a pequeños y grandes eventos con los colaboradores como por ejemplo, la celebración de fechas importantes en el año o de hitos personales y profesionales. Una alternativa es brindar beneficios de asistencia financiera a los colaboradores y compartir información relevante para ayudar en la gestión del presupuesto familiar y doméstico. Ese es el momento ideal para fortalecer la oferta de convenios y descuentos que faciliten los consumos personales y familiares de los colaboradores. Considera incorporar nuevos partners que ofrezcan servicios y productos esenciales.


Bienestar profesional

Estar abierto a nuevos entornos de trabajo, a nuevas formas de pensar, hacer y colaborar. Esas son algunas de las nuevas habilidades que los profesionales han tenido que ejercitar frente a la contingencia. Por parte de las organizaciones, el desafío es crear un ambiente favorable para que los colaboradores puedan seguir desarrollándose, para mantener la continuidad del negocio.

Los beneficios flexibles, en ese contexto, deben ser abordados de una forma distinta. Es importante considerar opciones orientadas a que las personas puedan desconectarse y tener tiempo suficiente para cuidarse a sí mismas y a sus familias.

Sabemos que los cambios en la rutina familiar, en que todos están en casa mientras se trabaja, pueden ser una fuente de estrés. Por lo tanto, es importante comunicar muy bien para crear conciencia de la responsabilidad individual sobre el balance vida/trabajo, y a la vez entregar opciones flexibles para que los colaboradores puedan “desconectarse” y equilibrar con más tranquilidad las demandas domésticas y familiares.

Ahora es el momento de apoyar a los colaboradores y brindarles las herramientas y los recursos que necesitan para reducir su estrés y ansiedad, mantenerse saludables, organizar y administrar sus finanzas, gestionar bien su tiempo y la dinámica familiar. Ofrece beneficios que estén acordes a esta nueva realidad y que permitan a las personas enfrentar de manera más tranquila todos esos cambios, para que puedan seguir disfrutando una buena experiencia y fortalezcan su compromiso con los objetivos y propósitos de tu organización.

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José Guerra
Escrito por José Guerra

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